Este artículo «Ordenador emocional» pertenece a la serie «Ordenadores emocionales», desarrollada por nuestro contribuidor Gracián Triviño Barros, doctor Ingeniero Industrial especializado en Inteligencia Artificial con un gran número de publicaciones científicas internacionales.
La serie de artículos «Ordenadores emocionales» describirán las razones por las que una computación más centrada en lo humano debería manejar contenido emocional [1]. Plantean que los ordenadores destinados a asistir a las personas, y en especial a predecir y atender las necesidades de las personas mayores, deben ser capaces de manejar contenido emocional.
En concreto, este tercer artículo continúa la argumentación presentando en detalle el concepto de «ordenadores emocionales». La Sociedad Cinco Uno (Sociedad 5.1), trabaja de forma cercana con tecnologías innovadoras al servicio de personas mayores o en situación de dependencia, por tanto, la investigación sobre este tipo de cuestiones resulta de gran interés teórico y práctico.
En total, la serie «Ordenadores emocionales» de la Sociedad Cinco Uno (Sociedad 5.1) cuenta con cuatro artículos, te recomendamos que los leas en orden:
- ¿Por qué los humanos tenemos emociones?
- Teoría de la Mente
- Ordenador emocional
- Ejemplos de computación emocional
Ordenador emocional
Hoy en día es normal escuchar a alguien expresar frustración cuando, por ejemplo, ha tenido que hablar con una máquina para obtener cierta información por teléfono.
Echamos de menos una cierta empatía que es frecuente encontrar en nuestros interlocutores humanos. Es más, cuando una persona no demuestra la empatía que esperamos solemos quejarnos diciendo que “se comporta como una máquina”.
Naturalmente no nos interesa que los ordenadores manejen un tipo de procesamiento confuso, contradictorio o irracional propio de algunos estados emocionales. Sin embargo las emociones tienen un aspecto positivo que echamos de menos al relacionarnos con los ordenadores.
Los ordenadores son herramientas de trabajo al servicio de los seres humanos y una de sus funciones consiste en entender las instrucciones de sus usuarios y darles a conocer los resultados de la computación de la forma más clara posible.
En general, ambiciosamente, podríamos esperar que los ordenadores que deben tratar con las personas, sean capaces de desarrollar una Teoría de la Mente de sus usuarios que incluyera información acerca de los aspectos emocionales.
Para lograr una buena comunicación con sus usuarios humanos, los ordenadores deberían ser capaces de comprender y reconocer su estado emocional. También utilizar el lenguaje, cuando sea preciso, incluyendo cierto contenido emocional.
Esta Teoría de la Mente creada por el ordenador debería ayudarle a reconocer el tipo e intensidad de la emoción dominante en cada momento de la relación con el usuario.
Desde luego se trata de un enorme reto para los investigadores en Inteligencia Artificial dado que cada persona expresa y gestiona sus emociones de forma diferente. Es decir, sería necesario construir una Teoría de la Mente específica para cada usuario concreto.
Para lograr este objetivo el ordenador debe ser capaz de obtener información del usuario y del contexto que le permita realizar conjeturas sobre su posible estado emocional. Para ello debe tener la capacidad de:
- Observar la cara del usuario
- Analizar el tono de voz y el tipo de palabras que utiliza.
- Entender si la situación es emocionalmente favorable o no. Por ejemplo, medir la temperatura o el nivel de iluminación en la habitación, percibir la presencia de algún ruido desagradable.
- Mantener una historia del diálogo con el usuario. Tratar de distinguir por su comportamiento las buenas situaciones emocionales de las malas.
Por otro lado, el ordenador que actúa como asistente personal debe mostrar una cierta conducta emocional. Este comportamiento más o menos predecible ayudaría a crear una comunicación más empática y agradable, un cierto clima de confianza entre el asistente computacional y su interlocutor humano.
Es decir, sería deseable que el usuario fuera capaz de elaborar una Teoría de la Mente de su asistente computacional.
Para ello el asistente debe incluir una cara en la que mostrar expresiones faciales correspondientes a su “estado emocional”.
También es necesario dotar al ordenador con capacidad para modular emocionalmente su tono de voz de acuerdo a la situación emocional de la comunicación.
Aparte del tono de voz, el ordenador podría escoger un tipo de lenguaje, distintas palabras o expresiones lingüísticas para expresar cierto contenido emocional.
En el contexto de la atención a las personas mayores, hay que decir que no se trata de que estos computadores emocionales sustituyan las emociones y afecto que intercambiamos entre las personas. No se trata de reducir la intensidad de la vida social que es tan importante al valorar la calidad de vida de las personas asistidas. Hay que ver a estos asistentes computacionales como valiosas herramientas de apoyo a las personas mayores y a sus cuidadores.